9.1.04

Estoy empezando a preocuparme. Puede que dentro de poco la diminuta analógica empiece a contagiarse de esta bonita afición de la diminuta digital de dejar renglones en blanco para que las risas dejen oír el colofón. Y a lo mejor el público de la diminuta analógica no se ríe. Y entonces sólo parecerá un pelín más autista de lo que ya parece. O ligeramente menos inteligente. Y nosotras no queremos eso.