8.1.04

"Y entonces los árboles de cristal de colores se vuelven tristemente opacos, y los puentes de porcelana china se hacen añicos y de dejan llevar río abajo, y todos nos damos cuenta de que los relucientes tejados de Ping siempre habían sido de oro falso".
He aquí un pequeño autoplagio de un plagio de mi talentosa infancia, para evitar escribir cursilerías sobre las diminutas lágrimas que sin motivo aparente (quizás es tan pequeño que ni se ve, quién sabe) rondan todo el día por mi cabecita.

Nada que un buen (si alguien sabe la respuesta que la escriba aquí) no pueda remediar.