22.2.04

Confieso. Soy una morosa (amorosa también, pero es muy fácil).
Debo. Debo tanto tanto tanto que.
Pero es porque soy de letras.
Y porque mis prestatarios, a veces, no saben quienes son.
Pero sé que se lo debo, el ser diminuta.

Sólo espero que los intereses sean proporcionales.
Y que Hacienda no se haga ilusiones.