3.3.04

Señor hombre del tiempo (¿Maldonado?¿Montesdeoca?):
no me queda más remedio que informarle de que ha sufrido usted un imperdonable error en el escalado de las horas.
De ahora en adelante, le agradeceré que tenga a bien reconsiderar la unidad horaria en una escala 1:25, lo cual haría posible que yo sobreviviese a lo que se me veiene encima (exacto: el tiempo).
Atentamente,
diminuta.