25.4.04

Dicen que hace trescientos sesenta y seis días una niña de tamaño normal con la boca pequeña topó inseperadamente con el beso de un príncipe que iba a cazar focas. Como en los buenos cuentos, la niña empezó a menguar y menguar (a la par que investigaba clandestinamente sobre el culpable) y a los tres meses la niña de tamaño normal con la boca pequeña ya no era una niña de tamaño normal con una boca pequeña. Se había convertido en la niña diminuta (con la boca aun más pequeña) que nadie le permitía ser. Y colorín colorado, el cuento aún no ha acabado.
Y dicen los oráculos que aquella niña celebrará mientras le dejen el aniversario de la revolución "dos cravos" como si fuese tal hito el que hizo que su mundo fuese infinitamente mas grande.
No se he encontrado mención alguna a las perdices.