2.4.04

Y golpeé tres veces los talones de mis chapines rojos (de la talla 30, off course) mientras decía: "Se está mejor en casa que en ninguna parte se está mejor en casa que en ninguna parte se está mejor en casa que en ninguna parte".
Y (saltándome alguna que otra coma pero nigún semáforo), en ello estoy.
Aunque no tengo ni idea de donde está Totó.