24.5.04

He descubierto que ni existencia posee un curioso sitema de sguridad (social).
Cuando por alguna extraña razón se me ocurre -con motivo o sin él- quejarme de algo, se coloca, cual compuerta de una presa, un pesado e invisible muro a la altura de la pitutitaria que impide cualquier contacto entre lo que sea que sucede en mi cabeza y lo que quiere salir de mi pequeñísima boca. Lo mejor de todo es que ambas áreas son absolutamente inconscientes de tal existencia, por lo que continúan con su tarea como si a ellas no les afectase.
Lo que significa que mi maravilloso sistema de seguridad (social)consiste en hacerme parecer imbécil.
El cuerpo diminuto es un mecanismo tan inteligente.