22.11.04

Ahora que, a base de flexiones -y reflexiones-, he conseguido reconciliarme conmigo misma,
me ha crecido una sociopatía incontenible.
Aunque supongo que una sociopatía de mi tamaño es excesivamente inofensiva,
no me resisto a amenazaros:

Temblad, temblad, malditos.