4.4.06

à dos d'âne

mira por donde hoy me he acordado
que una vez diminuta hizo temblar
a todos los libros del mundo
sólo con primavera y trinaranjus.
quizá por eso ha conseguido apoyar su cabeza
en hombros de gigantes (o en la concavidad del esternón)
aunque ahora no vea por encima del volante.