21.2.04

A veces pasa.
A veces pasa que te encantaría decir millones de cosas y no eres capaz.
A veces pasa que te levantas y eres mucho más diminuta de lo que nunca imaginaste.
A veces pasa que por la calle te encuentras una hucha al pie de un árbol, y piensas que es culpa tuya, por pensar demasiado.
A veces, el dueño del ombligo en el que quieres ser guardada (es mío, sólo mío, ¿vale?) hace su aparición en tu diminuta realidad.
A veces pasa que te encantaría decir millones de cosas y no eres capaz.
A veces, sólo ji ji ji ji ji ji ji ji ji ji ji ji hasta que se acaban las cosquillas en la garganta.