6.12.04

Fue un error.

Nunca debió decirle a diminuta
que sus ojos
amarillos
llorando
eran algo que merecía la pena ver.
Ella sólo pudo siempre complacerle.

(y, como los juguetes que la CE prohíbe por peligro de asfixia,
sus ojos
amarillos
se hincharon en contacto con las lágrimas hasta alcanzar un 300% de su volumen original).