6.12.04

Uno de los problemas de ser diminuta es que, cuando llegas a un punto de inflexión
te encajas en él -puntual como eres, aunque poco flexible- y luego nunca sabes si ibas o venías.
O eso es por ser gallega.

Uno de los problemas deser diminuta es que no tengo por donde cogerme
(cual gato que no se alcanza el rabo porque siempre ya se dió la vuelta).