4.12.04

Hace mucho, mucho tiempo (tiempo diminuto, claro) hubo un niño que me hizo ser diminuta.
Y luego desapareció, a pesar de lo grande que él era.
Y yo también crecí y bla, bla, bla...
Y mucho, mucho tiempo después, cuando yo soy diminuta por obra y arte del dueño del ombligo que habito, me he encontrado a ese niño llenando de ficciones una caja de cartón.
Como yo siempre quise.
Y no sé si sigue siendo un niño.
Aunque yo siga siendo diminuta.
Por su culpa.
Para otro.

(y ahora el puente que no supe construir resulta llevarme lejos en el tiempo y me hace ser aún más diminuta, de otra manera).